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El panismo, por la recuperación de la Capital.


El pasado fin de semana, y luego de dejar atrás la penosa cuasi participación como candidata ciudadana de Amy Camacho, no solamente se evidenció la falta de conocimiento de la cosa pública por parte de esta exitosa empresaria –requisito sine quan non para que los que pretendan inmiscuirse en la aventura de gobernar deben conocer–, sino que además se puso de manifiesto el uso, supuesto, de su figura para encabezar un movimiento que de cierto no tiene nada y sólo pretendió debilitar al interior al blanquiazul en busca de la alcaldía de la Ciudad capital.Los dos aspirantes serios que buscan recuperar para el panismo la ciudad de Puebla se registraron como precandidatos. Tanto Eduardo Rivera como Humberto Aguilar Coronado, el pasado viernes y sábado respectivamente, hicieron lo conducente para que la Comisión de Elecciones del Comité municipal del PAN avalara sus aspiraciones para convertirse alguno de ellos como abanderado blanquiazul en busca de la presidencia municipal de Puebla.Bajo lo anterior e inmersos en una falta de principios doctrinarios de las instituciones políticas evidenciado en las llamadas alianzas electoreras, calificadas por el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont como “lo mas cercano a un fraude electoral”, y donde en el caso de Puebla pone en duda la división que del PRD debe tener el PAN –prácticamente como el agua y el aceite–, es de reconocer que los panistas hayan dejado atrás la idea de las candidaturas ciudadanas y recuperaran su congruencia partidista al menos para el caso de la capital; congruencia que en varias ocasiones ha servido para gobernar esta importante metrópoli.De estos dos precandidatos quien sin duda lleva la delantera, al menos en la militancia y la adherencia blanquiazul, resulta ser Humberto Aguilar Coronado, que gracias a su personalidad discreta pero efectiva –y que le ha permitido ser conocido como “El Tigre”–, deberá pasar el primer examen para disputar frente a Montero la presidencia municipal de la Angelópis.Gracias a su desenvolvimiento como senador en la capital de la República, Aguilar Coronado llega como el más viable para encabezar la causa panista en la capital, conocido por las más celebres e importantes figuras de Acción Nacional, Coronado deberá no solamente trabajar con las bases locales, sino dar a conocer con la sociedad –aquella que busca un voto de confianza en sus políticos– su plan de acción que permita detonar un crecimiento más sustentable y equilibrado en Puebla.Es decir, Aguilar Coronado, quien sin duda es discípulo y producto de la doctrina panista mas reconocida, deberá por un lado buscar la unidad al interior de su partido, sumando las distintas corrientes y grupos de esta institución política en la capital a efecto de que sea considerado como candidato sólido, fuerte y cohesionado en todos los aspectos, como la imposición de Montero resulta ser, pero que a diferencia de ésta última se encuentre legitimada mediante un proceso interno transparente y aceptado por todos los militantes.Por otro lado, el llamado “Tigre” deberá trabajar en busca del voto del ciudadano común, de aquel que no tiene preferencia política alguna pero que por otro lado está deseoso de contar con figuras políticas que representen la juventud, y que a la vez cuenten con la experiencia necesaria para gobernar, aquellos que provienen de la sociedad y que por la sociedad buscarán trabajar.El proceso interno del PAN para elegir a su candidato a la presidencia municipal debe constituirse en un mecanismo de legitimación partidaria, pues de ello depende la fortaleza que el candidato mostrará frente a su más complejo adversario tricolor. Es por ello que para que el panismo encuentre eficiencia en su estrategia para recuperar la capital, el proceso interno de este instituto político deberá evitar la descalificación, enfocándose por un debate propositivo de altura que permita a la militancia conocer y entender el proyecto capitalino de cada uno de los precandidatos, pero que a la vez permita a estos últimos relacionarse con la colectividad y a ésta observar la aplicación de los principios doctrinarios panistas en el arte de gobernar.De no realizarse lo anterior el proceso interno panista puede ser contraproducente para Acción Nacional, evitando que pueda constituirse un movimiento que coadyuve desde la ciudad de Puebla al interés de enfrentar de manera cohesionada al tricolor en todo el estado.

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