Muchos hemos criticado la estrategia de seguridad impulsada por el gobierno calderonista, sus aciertos y desaciertos hoy ponen en tela de juicio la gobernabilidad de México y abren la brecha de un problema latente de seguridad pública que no se sabe cuándo terminará pero que comienza atizar una estrategia para combatir al narcotráfico en su punto más álgido el lavado de dinero; de igual forma, la expectativa del llamado Presidente del Empleo que se quedo en sólo eso una simple y llana “expectativa”, debido en mayor o menor medida a circunstancias globales externas que inhibieron el desarrollo económico de México no fue al final su mejor carta de presentación. Sin embargo, nadie puede negar la capacidad estratégica de Felipe Calderón Hinojosa, quien niveló el mapa electoral de cara a su sucesión en los pasados comicios electorales, logrando así esfumar el ánimo triunfalista de la clase política priista en toda la república.
Veamos y analicemos algunos movimientos y declaraciones para clarificar más el tema y la personalidad del mandatario, pues no cabe la menor duda de que se ésta allanando desde las entrañas mismas del poder el camino para una futura candidatura de Ernesto Cordero en la sucesión presidencial o cuando menos los indicios así lo hacen suponer. De entrada los movimientos esperados en el mando de la Secretaría de Gobernación con la salida de Fernando Gómez Mont y el relevo de Francisco Blake, hombre de pocas palabras y bajo perfil; la salida inesperada de Patricia Flores como titular de la oficina de la presidencia y el enroque en la secretaría de economía que atendió a concentrar el mando y operación política de las delegaciones para evitar una simulación orquestada a favor del pupilo de la Maestra Elba Ester Gordillo en la temprana pre - candidatura de Alonso Lujamibio, a quien en su momento un servidor veía como caballo negro de la sucesión pero que las circunstancias y los hechos dejaron nebuloso ese camino para el intelectual de la democracia y la transparencia, personaje público que se convirtió en el preferido de la Jefa de la Presidencia quien buscaba orquestar una rebelión al interior del centro de poder; por su parte, el regreso de Ruíz Mateos a Los Pinos, hombre de toda la confianza del Presidente Calderón, marca la antesala para lo que será la alineación política de la sucesión de 2012, al tiempo de llevar al operador de las inversiones mexicanas Bruno Ferrari a la Secretaria de Economía para enviar un mensaje optimista del mercado mexicano y la certidumbre de las inversiones en México, labor que loablemente realizó vendiendo muy bien a México en el exterior desde PROMEXICO. Luego de ello, los recientes movimientos al interior de la Secretaria de Hacienda para preparar el camino de la nueva tecnocracia comandada veladamente por Pedro Aspe, y la sorpresiva renuncia de Gustavo Madero a la Coordinación de Senadores para manifestar su ánimo por suceder a Cesar Nava en la Dirigencia Nacional, es como se inicia la carrera panista por la continuidad del grupo calderonista en el poder.
Me permito citar un par de datos del artículo publicado por Gerardo Laveaga en septiembre de 2003 para la revista El Mundo del Abogado: “la virtud más importante de FC es su coherencia. También ha sido su talón de Aquiles. No porque esta genere problemas per se sino porque Calderón la ha llevado a sus extremos. Es quizás el más completo de los panistas, el que más se ha apegado a los ideales… Paradójicamente, actuar así,… conducirse como piensa y seguir las propias convicciones – aseguran quienes han trabajado a su lado -, ha generado en él cierto sentido de superioridad moral, cierto desdén por aquellos que dicen una cosa y hacen otra (término la cita). De ahí que el mandatario utilizará todos los recursos humanos, políticos y económicos para continuar un proyecto de gobierno influenciado por él antes que ver la vergüenza de pasar a la historia como el panista que regreso la presidencia al priismo, pues por los únicos que siente desdén, es sus propias palabras, es por quienes no se apegan a la lay y por quienes han olvidado los principios que dieron origen al PAN. Al tiempo.
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