Hasta ahora el debate sobre la corrupción se encuentra en múltiples canales, es justo aseverar que la corrupción es la gran trama de las relaciones de poder hasta nuestros días, el afiche más rentable para los medios de comunicación y el instrumento dialógico ciudadano generador de percepciones del quehacer gubernamental; en mayor o menor media las estrategias contra este flagelo a su vez, se haya imbricada en las agendas gubernamentales, basadas en percepciones y descripciones teóricas y socio-políticas, pero ¿realmente se ésta incidiendo en la formación de una masa crítica más allá de la prensa de queroseno, apoyados en datos fiables y válidos? Si bien, existe una alta persistencia del tema de la “corrupción” en la opinión pública y su cobertura mediática es imprescindible para tal cometido, la superficialidad, la falta de contraste de fuentes, la manipulación y la falsedad han anidado peligrosamente la libertad de prensa y, los costos de la “gestión de la reputación” entr...