No cabe duda que la esencia de muchos actores políticos en Puebla hoy en día se ha caracterizado más por su ignorancia, su egoísmo y su arrogancia, factores de peso que hacen impensable transitar hacia un verdadero respeto a la ciudadanía en el marco del Estado de derecho en que vivimos.
Esta transgresión a los principios y valores de la democracia que ha deja de lado los interés públicos para darle paso a las ambiciones personales de unos cuantos, urge en la renovación de valores, de liderazgos pero sobre todo del actuar de los partidos políticos anquilosados que no han sido capaces de elevar el nivel de debate nacional. Tan solo veamos. Las discusiones estériles que han llevado al PAN y al PRI a despertar las más bajas pasiones, misma que se ha globalizado su espectro a través de la Internet, después de las reformas legales que impidieron a los partidos comprar espacios para propaganda en radio y televisión y prohibir las campañas "negativas" o de contraste en spots de radio y televisión; convirtiendo a la red en un espacio de total libertad para promover a precandidatos y candidatos, así como para difundir mensajes en contra del adversario y posicionar temas ante la opinión pública.
El caso particular de Acción Nacional, nos lleva a una reflexión más, que debe analizarse desde su interior, ya que su incapacidad de dialogo, de consensos pero sobre todo de nuevos cuadros, sigue siendo la razón principal de sus descalabros electorales. A ello agreguemos, la carencia de una eficiente y verdadera estructura territorial y el descuido que su dirigencia ha tenido en fortalecer y preparar no sólo a sus estructuras sino a sus gobiernos locales. Razones suficientes que han hecho eco en los pasillos de la Dirigencia Nacional, que en un principio justifica que sea este órgano central y no su dirigencia – validada por su militancia – la encargada de designar a los hombres y mujeres que contendrán por los 16 Distritos Electorales de la Entidad y los espacios de representación plurinominal que tendrá la entidad en la Cuarta Circunscripción Nacional. Pero más aun, estas disputas en su interior hacen pensar que el futuro de Acción Nacional en Puebla pende de un hilo debido a la falta de talentos políticos en su dirigencia estatal, lo que convertiría a Puebla en una delegación controlada desde el centro, al puro estilo de las prácticas que siempre reprocharon.
Si bien es cierto al día de hoy acción nacional ha elevado el grado de aceptación del hasta hoy mínimo porcentaje de electores que participara el próximo 5 de julio, se vislumbra un difuso resultado en la entidad, el cual será producto de eventos coyunturales alejados de una verdadera estrategia electoral y de la redención de un solo personaje como pretende hacerse creer a los ingenuos.
Estas diferencias internas después del 5 de julio, se convertirán en su mayor rémora para arribar a Casa Puebla, por lo que en su interior urge el reacomodo de sus grupos políticos y el surgimiento de una figura en su dirigencia que sea capaz de convertirse en factor real de unidad, que convierta los disensos en acuerdos, que construya puentes ciudadanos, que levante el ánimo de su militancia, que proyecte su ideario político y plataforma electoral de la teoría a la práctica parlamentaria y el ejercicio de gobierno, pero sobre todo que vea en la esencia de la representación ciudadana un verdadero ejercicio de participación plural y democrática, cualidades todas ellas que le quedaron muy grandes a su actual dirigente. Estas son algunas razones que valdría la pena los panistas comenzaran a analizar antes de que el tiempo los revece.
Esta transgresión a los principios y valores de la democracia que ha deja de lado los interés públicos para darle paso a las ambiciones personales de unos cuantos, urge en la renovación de valores, de liderazgos pero sobre todo del actuar de los partidos políticos anquilosados que no han sido capaces de elevar el nivel de debate nacional. Tan solo veamos. Las discusiones estériles que han llevado al PAN y al PRI a despertar las más bajas pasiones, misma que se ha globalizado su espectro a través de la Internet, después de las reformas legales que impidieron a los partidos comprar espacios para propaganda en radio y televisión y prohibir las campañas "negativas" o de contraste en spots de radio y televisión; convirtiendo a la red en un espacio de total libertad para promover a precandidatos y candidatos, así como para difundir mensajes en contra del adversario y posicionar temas ante la opinión pública.
El caso particular de Acción Nacional, nos lleva a una reflexión más, que debe analizarse desde su interior, ya que su incapacidad de dialogo, de consensos pero sobre todo de nuevos cuadros, sigue siendo la razón principal de sus descalabros electorales. A ello agreguemos, la carencia de una eficiente y verdadera estructura territorial y el descuido que su dirigencia ha tenido en fortalecer y preparar no sólo a sus estructuras sino a sus gobiernos locales. Razones suficientes que han hecho eco en los pasillos de la Dirigencia Nacional, que en un principio justifica que sea este órgano central y no su dirigencia – validada por su militancia – la encargada de designar a los hombres y mujeres que contendrán por los 16 Distritos Electorales de la Entidad y los espacios de representación plurinominal que tendrá la entidad en la Cuarta Circunscripción Nacional. Pero más aun, estas disputas en su interior hacen pensar que el futuro de Acción Nacional en Puebla pende de un hilo debido a la falta de talentos políticos en su dirigencia estatal, lo que convertiría a Puebla en una delegación controlada desde el centro, al puro estilo de las prácticas que siempre reprocharon.
Si bien es cierto al día de hoy acción nacional ha elevado el grado de aceptación del hasta hoy mínimo porcentaje de electores que participara el próximo 5 de julio, se vislumbra un difuso resultado en la entidad, el cual será producto de eventos coyunturales alejados de una verdadera estrategia electoral y de la redención de un solo personaje como pretende hacerse creer a los ingenuos.
Estas diferencias internas después del 5 de julio, se convertirán en su mayor rémora para arribar a Casa Puebla, por lo que en su interior urge el reacomodo de sus grupos políticos y el surgimiento de una figura en su dirigencia que sea capaz de convertirse en factor real de unidad, que convierta los disensos en acuerdos, que construya puentes ciudadanos, que levante el ánimo de su militancia, que proyecte su ideario político y plataforma electoral de la teoría a la práctica parlamentaria y el ejercicio de gobierno, pero sobre todo que vea en la esencia de la representación ciudadana un verdadero ejercicio de participación plural y democrática, cualidades todas ellas que le quedaron muy grandes a su actual dirigente. Estas son algunas razones que valdría la pena los panistas comenzaran a analizar antes de que el tiempo los revece.
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