La semana pasada señale en este espacio algunas opiniones que envuelven la percepción ciudadana sobre el paquete económico presentado por Felipe Calderón.
Está semana con el propósito de abundar en el tema hablare de algunos aspectos que vale la pena puntualizar para que sea usted mismo quien forme su último criterios sobre este importante tema que a todos nos incumbe. Al respecto algunos argumentos que valdría la pena rescatar, dados por la OCDE son el hecho de que México no ha escapado a la recesión económica mundial. La contracción de la industria manufacturera internacional y el colapso de la actividad comercial, de manera notable en Estados Unidos, han deprimido el sector real de la economía. La reducida disponibilidad de créditos aparentemente ha comenzado a afectar la actividad económica, aun cuando el sector financiero ha sorteado, hasta ahora, la afamada crisis mundial. El re-brote de influenza no podemos negar también ha contribuido a la contracción de la economía mexicana y a deprimir el mercado de servicios. Al mismo tiempo en lo que resta del año se espera un crecimiento negativo y para 2010, una recuperación gradual. Las autoridades por su parte han respondido con medidas de liquidez, bajas tasas de interés, intervenciones en el mercado de divisas y estímulos fiscales para quienes son puntuales en sus declaraciones. Pero aún hay lugar para más medidas.
Por su parte, es una realidad que nadie puede negar que, el presupuesto se ha visto presionado por la brusca caída en los precios de los energéticos, tomando en cuenta que las exportaciones de petróleo contribuyen con una importante parte de los ingresos tributarios – si no es que la principal fuente seguida por las remesas enviadas por los migrantes a quienes pocas medias a su favor se han implementado para que éstos no sean presa de la defraudación – fuentes de las cuales es insostenible seguir dependiendo.
El aumento de la incertidumbre ha contribuido a reducir la confianza de los consumidores y del comercio a mínimos históricos lo que, aunado a la rigidez de las condiciones crediticias nacionales y extranjeras, ha afectado al consumo y a la inversión en productos mexicanos.
Por ello aún y cuando las recientes reformas en materia de impuestos son buenas, necesita trabajarse todavía más para ampliar la base tributaria; se requiere también de reformas adicionales que aborden las exenciones particulares tanto en impuestos directos como indirectos, en línea con las recomendaciones del Estudio Económico 2007 proyectado por la OCDE. En suma se requiere de un mayor análisis en las fuentes y bases tributarias para mejorar el aparato económico del Estado Mexicano, que traiga consigo una mayor garantía de progreso y sostenibilidad de fuentes de empleo, como principal reto para inhibir la contracción de nuestra economía, en vez de continuar usando la formula de imponer mayores cargas tributarias.
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