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Hacia dónde vamos.

Vivimos tiempos convulsivos y una precaria situación económica que de aceptarse la reforma calderonista tal cual esta planteada no resolverá los grandes problemas de este país; no me cabe duda de que el Presidente ha convocado a un gran pacto nacional para cambiar actitudes, dando el primer paso al demostrar voluntad política, la misma que ahora corresponde a los partidos políticos para reducir las excesivas prerrogativas que reciben del erario público, y que será en lo concreto la discusión de fondo del Presupuesto de Egresos para el año 2010.

El replanteamiento y evaluación de programas será el siguiente compromiso por cumplir, en donde el reorientar la idea de seguir subsidiando a la pobreza en vez de construir un marco que cambie y focalice las acciones orientadas a dignificar la forma de vida de los cerca de 6 millones de mexicanos en esta precaria situación, deberá sustentarse en mejorar la competitividad del país para regenerar los cerca de 5.24% de empleos perdidos y por supuesto, la transformación gradual de la calidad de la educación como segundo factor.

De todos estos problemas Puebla no es ajena, lamentablemente para el mal de los poblanos nuestras autoridades tienen mayores prioridades que mejorar la prestación de servicios y sumarse al cambio de actitud convocado por el mandatario nacional al seguir con su afán de ganar la tan ansiada “pinche señal” de la carrera pre – electoral del 2010. Hoy tenemos secretarios de estado fingiendo creer que tiene no sólo el conocimiento pleno de los problemas de la ciudad sino que las acciones comunicativas que externan son suficientes para persuadir al más exigente de los poblanos; tenemos una Presidenta Municipal obsesionada por competir al gobierno del estado basada en un supuesto grado de conocimiento y potencial de voto electoral que sus asesores le han hecho creer, por encima de hacer frente a los problemas reales que padece esta ciudad y que van más allá de dignificar los parque y jardines, tal vez sería bueno cuestionarle a sus regidores – si es que no están de vacaciones – en que se utilizará el monto de endeudamiento solicitado: en comprar otro terreno o en reubicar nuevamente a los cientos de ambulantes que salieron a la calle, si en seguir subsidiando una burocracia sindical manipulada por un pseudo líder del tercer mundo o si seguir subsidiando cursos de capacitación desde la secretaria de desarrollo social a empresas dirigidas por testaferros – causante esta última de un millonario fraude durante el sexenio de Enrique Doger.

Es triste ver como la delincuencia se apodera de nuestras calles, y las acciones de nuestros funcionarios no son capaces de inhibir su aumento, las inversiones son pocas y la falta de empleos bien remunerados mucha, al igual que el egoísmo de nuestros políticos que aún no han sido capaces de reflexionar lo que los poblanos quieren de verdad, hacia donde vamos y hacia donde llegaremos son un buen par de cuestionamientos que valdría la pena responder.

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