Ir al contenido principal

La crítica constructiva.


Al leer en las últimas semanas diversas notas en diferentes rotativos no sólo poblanos sino nacionales, me surgió la interrogante de saber si vivimos una época de libertad o libertinaje de los medios de comunicación y de la manifestación libre de las ideas, ello me llevó en primera instancia analizar los alcances que tiene la libertad de expresión en nuestro sistema normativo, entendiendo a ésta no como una más de otras libertades, sino como el fundamento de todo el orden político, en virtud de que constituye un derecho vital para el mantenimiento y consolidación de las instituciones democráticas, y uno de los fundamentos esenciales de una sociedad a la que le resultan inherentes, entro otros muchos aspectos, el debate desinhibido, vigoroso, completamente abierto e incluso excesivamente irreverente en el trato de los asuntos públicos, ya que a decir de nuestra Suprema Corte de Justicia la importancia fundamental de la libertad de expresión en un régimen democrático contribuye de manera esencial a la formación y al mantenimiento de lo que denomina “opinión pública libre y bien informada, elemento imprescindible para el buen funcionamiento de la democracia representativa”, ya que la expresión de opiniones permite a las personas votar inteligente y libremente, conociendo todas las opciones y poseyendo toda la información relevante. El derecho a la libere manifestación de las ideas es una condición de posibilidad de un debate abierto, libre, plural y tolerante de ideas que no sólo contribuye a asegurar una mayor democracia interna de los partidos políticos, sino también el enriquecimiento de las iniciativas, propuestas y alternativas que estos institutos ofertan a la sociedad; más allá de ello, el dialogo libre y abierto como el ejercicio recientemente desarrollado por el Presidente Felipe Calderón Hinojosa con Leonardo Curzio, como parte de una nueva estrategia de comunicación para acercarlo a la sociedad mexicana, es resultado del proceso de democracia que ha permitido dar paso de un régimen de censura a uno de plena libertad de expresión, que como bien lo mencionó el mandatario el Domingo por la noche en transmisión televisiva de este ejercicio de "Diálogos Ciudadanos", aún no encuentra un equilibrio de respeto por parte de los medios para el manejo de sus contenidos.

No obstante ello, no podemos negar que la libertad de expresión es un requisito fundamental para desarrollar el especial principio democrático de la rendición de cuentas, de hacer visible los actos del gobierno y de discutir sobre las mejores alternativas en materia de políticas públicas y en donde la responsabilidad de los medios de comunicación, debidamente informada, juega un papel que le es inherente y por tanto no puede soslayar, el cual no es otro sino dar la pauta de informar en vez de desinformar a la sociedad, es construir capital social, es en suma formar una sociedad más participativa que tanta falta hace para consolidar nuestro régimen democratico.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La defraudación de los poblanos es sinónimo de impunidad

No es novedad saber que nuestro estado el fraude y la corrupción son de los problemas más serios que poseemos en cuanto a responsabilidad social empresarial ya que se ve a la prevención de estos fenómenos lesivos más como un costo que como una inversión a futuro por el bienestar de la población. Muchos son los casos de abuso de confianza y fraude que quedan impunes en nuestro país, la mayoría de los cuales se dan al margen de los sistemas financieros y de ahorro y en donde la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros ha alertado a los ahorradores sobre la existencia de empresas o instituciones sin autorización para captar ahorro, a fin de evitar que la población sea rehén de la defraudación. A pesar de ello, son miles los poblanos afectados que aportaron cientos de miles de pesos confiando en la buena fe de estas empresas, principalmente afectándose a campesinos y comerciantes sin que las autoridades estatales hagan algo al respecto para e

EL GRITO DEL BICENTENARIO.

Nadie puede negar, como bien lo afirma Denise Maerker que, el Grito de Independencia, “es la ceremonia en la que recordamos que somos parte de un todo que nos trasciende, de una comunidad que comparte una historia, un presente y un futuro”, más allá de si se han cumplido a cabalidad los ideales de aquellos hombres y mujeres que apostaron su vida por un futuro más prometedor, tal y como lo mencione la semana pasada. Es cierto que como país tenemos deficiencias en lo social y en lo económico, un país que es presa del narcotráfico al grado de que el crimen controla policías, logra infiltrar la cadena completa de la seguridad y la justicia, cobra derechos de piso equivalente a impuestos, realiza secuestros, financia campañas, incide en las elecciones, lava dinero en gran escala, amedrenta a altos funcionarios, ejerce sin consecuencia legal la violencia. Pero ante esta cruda realidad, bien vale la pena hacer un poco de historia, recordar que tenemos un pasado común de luchas, de anhelos, de