La utilización de recursos públicos y medios para la promoción personal de funcionarios públicos sigue siendo un tema sumamente delicado, hoy en día la última reforma electoral que prohíbe el uso de propaganda en cualquiera de sus modalidades pareciera ser tan ambigua que las mismas autoridades electorales en Puebla no saben explicar, comento lo anterior luego de ver una entrevista realizada por mis amigos Zeús Munive y Alejandro Rodríguez al actual Consejero Presidente del IEE. Y es que sin duda, la reforma al artículo 134 constitucional se quedo tan corta que sólo hace referencia a la utilización de propaganda en la modalidad de comunicación social, la cual no puede incluir nombres, imágenes o símbolos que impliquen promoción personal; pero por el contrario deja abierta la posibilidad de promoción indirecta como la recientemente utilizada por actores de la política poblana, que debo advertir ha sido con muy poco ingenio y creatividad; misma que deja pauta para pensar cómo y de qué forma podría actualizarse en caso de existir denuncia de partidos políticos afectados, el concepto de “actos anticipados de campaña” que sí regula nuestra legislación electoral, mismos que afecten la equidad e igualdad de los candidatos en una futura contienda electoral y más aún, cuál será la sanción en caso de que prosperara la determinación de las autoridades electorales de señalar que el uso o utilización de cualquier tipo de propaganda que de manera directa o indirecta, fuera de la modalidad de comunicación social, promueva la imagen de futuros candidatos que sean postulados e inscritos a una elección del 2010.
Vemos algunos ejemplos, ciertamente criticables, de los cuales podemos percatarnos al salir a las calles y observar espectaculares con leyendas como “Montero, siempre contigo” anunciado supuestamente el programa radiofónico del padre del Secretario de Gobernación o leer frases celebres que exaltaran virtudes en la antigua Grecia dictadas por el célebre primer ciudadano de Atenas “Pericles”, en alusión al flamante Secretario del Trabajo en la entidad, ambos personajes con un fin en común: ser candidatos a la Presidencia Municipal de Puebla. La pregunta inquietante es si son o no éstos anuncios – actos anticipados de campaña.
Un caso más curioso que ha llegado al extremo de la utilización de recursos públicos para la difusión de su imagen personal a partir de call centres que supuestamente levanta un sondeo sobre el grado de conocimiento de los poblanos sobre tres personajes del medio políticos, es el realizado por el Secretario de Gobernación y principal delfín del priísmo a Casa Puebla , Javier López Zavala, sondeo que cuestiona sobre la valoración que el ciudadano hace sobre las bondades del gobierno estatal y las acciones que la Sedesol ha desarrollado para dotar de computadoras a escuelas, de patrullas y armamento a elementos de seguridad pública, de electrificación como parte de las acciones de equipamiento e inversión de infraestructura social, acciones todas ellas que en nada focalizan el problema de la pobreza en la entidad y que distorsionan gravemente los objetivos, si es que verdaderamente los hay, de los programas gubernamentales en el afán de establecer mecanismos de clientelismo político en el espacio local, método político – electoral que se ha convertido en el principal aliado del priísmo en las últimas dos elecciones que sumado a la apatía ciudadana y la decreciente representatividad partidaria les ha dado tremenda ventaja en sus resultados electorales.
Por tanto no cabe duda que el abismo jurídico – electoral persiste respecto a la utilización y prohibición de contratar propaganda en cualquiera de sus modalidades por parte de ciudadanos y servidores públicos, dejando incertidumbre y desconfianza sobre la funcionalidad de un sistema electoral poco equitativo y cuyas normas sin una verdadera regulación reglamentaria serán inútiles y poco prácticas.
Vemos algunos ejemplos, ciertamente criticables, de los cuales podemos percatarnos al salir a las calles y observar espectaculares con leyendas como “Montero, siempre contigo” anunciado supuestamente el programa radiofónico del padre del Secretario de Gobernación o leer frases celebres que exaltaran virtudes en la antigua Grecia dictadas por el célebre primer ciudadano de Atenas “Pericles”, en alusión al flamante Secretario del Trabajo en la entidad, ambos personajes con un fin en común: ser candidatos a la Presidencia Municipal de Puebla. La pregunta inquietante es si son o no éstos anuncios – actos anticipados de campaña.
Un caso más curioso que ha llegado al extremo de la utilización de recursos públicos para la difusión de su imagen personal a partir de call centres que supuestamente levanta un sondeo sobre el grado de conocimiento de los poblanos sobre tres personajes del medio políticos, es el realizado por el Secretario de Gobernación y principal delfín del priísmo a Casa Puebla , Javier López Zavala, sondeo que cuestiona sobre la valoración que el ciudadano hace sobre las bondades del gobierno estatal y las acciones que la Sedesol ha desarrollado para dotar de computadoras a escuelas, de patrullas y armamento a elementos de seguridad pública, de electrificación como parte de las acciones de equipamiento e inversión de infraestructura social, acciones todas ellas que en nada focalizan el problema de la pobreza en la entidad y que distorsionan gravemente los objetivos, si es que verdaderamente los hay, de los programas gubernamentales en el afán de establecer mecanismos de clientelismo político en el espacio local, método político – electoral que se ha convertido en el principal aliado del priísmo en las últimas dos elecciones que sumado a la apatía ciudadana y la decreciente representatividad partidaria les ha dado tremenda ventaja en sus resultados electorales.
Por tanto no cabe duda que el abismo jurídico – electoral persiste respecto a la utilización y prohibición de contratar propaganda en cualquiera de sus modalidades por parte de ciudadanos y servidores públicos, dejando incertidumbre y desconfianza sobre la funcionalidad de un sistema electoral poco equitativo y cuyas normas sin una verdadera regulación reglamentaria serán inútiles y poco prácticas.
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