Pareciera que nuevos brios iniciarían para el panismo poblano luego de la elección de quien será su nuevo dirigente, Juna Carlos Mondragón Quintan, la cual tal como lo adelanto Enrique Núñez en su columna “Contracara” previo a su asunción como dirigente estatal, éste no lograría la mayoría absoluta deseada sino una incipiente mayoría relativa que evidencia que ni dentro de casa tendrá control y mucho menos unidad sobre su militancia y mucho menos en los principales actores del Partido tal como su predecesor, el mediocre Rafael Micalco; bien advertiría el estudio de personalidad al que hace referencia el buen Zaus Munive en su columna ¨”Manual para héroes y canallas” de que el joven maravilla “será un dirigente tibio y falto de carácter”, amenazado por una camarilla de vedets de la política albiazul que harán de este joven dirigente su pelele de cabecera de no sacudirse los intereses que por años sólo han logrado mancillar su propio instituto político y satisfacer candidaturas plurinominales para un grupo que hasta hoy ni siquiera se ha sabido comportar como lo que son una simple y timorata oposición al férreo priísmo marinista.
Bien señalará Pedro Gutierrez en su opinión para el periódico Cambio hace ya un par de semanas, “el partido (acción nacional) requiere urgentemente de una reestructuración completa, desde el comité estatal y por supuesto los comités municipales en todo el estado” en donde requiere para ello “primero, definir un discurso y una propuesta atractiva para los ciudadanos; en segundo lugar, recobrar la confianza de la gente y, finalmente, conseguir los triunfos electorales” que no han sido capaces de conseguir en los últimos años, a agregaría yo, carácter y determinación para hacer de sus gestiones buenos gobierno, para formar nuevas generaciones y encaminar nuevos perfiles, para volver a integrar a su militancia en las toma de decisiones, para construir consensos y alianzas ciudadanas fundadas en la confianza de las acciones más que en el discurso disperso que los ha caracterizado, para ubicarse en la realidad decepcionante en que se encuentran y aprovechar el momento coyuntural que no volverá a repetirse de continuar obcecados en el egoísmo y la mediocridad y que bien pude abrirles la puerta de un próximo 2010.
Esta misma realidad lacónica podemos desde ahora aventurar para su dirigencia municipal de continuar con viejos políticos queriendo revivir sus viejas glorias, de continuar seguir siendo engañados por los redentores que ingenuamente creen conducirlos para instaurar en la Tierra el llamado Reino de Dios o su hasta hoy mal lograda visión humanista de gobierno que lo único que ha demostrado es su falta de talante y experiencia en los asuntos de lo público y lo privado, costeando una clase política que mucho daño le sigue haciendo a este país, esperando milagros de un esquema recaudatorio del 2% que nunca cumplirá su cometido tal como está planteado.
Esta es la lapidaría historia de un partido arrebatado por el egoísmo y la falsedad, que aún tiene un camino largo y sinuoso rumbo al 2010.
Bien señalará Pedro Gutierrez en su opinión para el periódico Cambio hace ya un par de semanas, “el partido (acción nacional) requiere urgentemente de una reestructuración completa, desde el comité estatal y por supuesto los comités municipales en todo el estado” en donde requiere para ello “primero, definir un discurso y una propuesta atractiva para los ciudadanos; en segundo lugar, recobrar la confianza de la gente y, finalmente, conseguir los triunfos electorales” que no han sido capaces de conseguir en los últimos años, a agregaría yo, carácter y determinación para hacer de sus gestiones buenos gobierno, para formar nuevas generaciones y encaminar nuevos perfiles, para volver a integrar a su militancia en las toma de decisiones, para construir consensos y alianzas ciudadanas fundadas en la confianza de las acciones más que en el discurso disperso que los ha caracterizado, para ubicarse en la realidad decepcionante en que se encuentran y aprovechar el momento coyuntural que no volverá a repetirse de continuar obcecados en el egoísmo y la mediocridad y que bien pude abrirles la puerta de un próximo 2010.
Esta misma realidad lacónica podemos desde ahora aventurar para su dirigencia municipal de continuar con viejos políticos queriendo revivir sus viejas glorias, de continuar seguir siendo engañados por los redentores que ingenuamente creen conducirlos para instaurar en la Tierra el llamado Reino de Dios o su hasta hoy mal lograda visión humanista de gobierno que lo único que ha demostrado es su falta de talante y experiencia en los asuntos de lo público y lo privado, costeando una clase política que mucho daño le sigue haciendo a este país, esperando milagros de un esquema recaudatorio del 2% que nunca cumplirá su cometido tal como está planteado.
Esta es la lapidaría historia de un partido arrebatado por el egoísmo y la falsedad, que aún tiene un camino largo y sinuoso rumbo al 2010.
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