Con este pequeño pero preciso juego de palabras podemos decir ha dado inicio “de facto” la sucesión por Casa Puebla, y es que tanto para panistas como para priístas la cuestión del tiempo no puede esperar.
Es así como la semana pasada se registraron los precandidatos de Acción Nacional entre trifulcas y madruguetes. Evidenciando que ésta será una elección interna en donde como ya no es de extrañar habrá todo tipo de vejaciones, marranadas y negociaciones por conservar lo incorruptible de sus principios como ya es costumbre entre los “no alineados” en vez de perfilar una candidatura de unidad que los fortalezca y les permita llegar como una opción válida de gobierno y que cuya única posibilidad real de competencia es ya Rafael Moreno Valle. Así desde los sueños de un loquito quien tuvo la intención de negociar su última cuenta pública que aún no es revisada por el Congreso Estatal al cual no le alcanzaron las firmas de sus últimos fans para compartir su ilusión – como determino la Comisión de Procesos Internos – , hasta las intrigas de una supuesta conspiración en contra de los panistas de cepa “no alineados”, la candidatura de Moreno Valle no será fácil de conseguir, de ahí que surjan un par de interrogantes a destacar: ¿para quién juegan entonces los panistas?, si es el caso que de verdad quieren dejar de ser oposición para ser gobierno y ¿cómo fue posible que en una sola noche Ana Teresa Aranda – hoy precandidata nuevamente – tuviera extrañamente la simpatía de una militancia a la cual abandono hace mucho tiempo?. Lo cierto es que el único interesado en todo este asunto no son los panistas, ni mucho menos los intereses personales de Doña Anateresa por conservar su staus quo con un hueso en el futuro, sino la intención de PRI y de su delfín por desestabilizar hacia el interior del PAN la candidatura de Moreno Valle a Casa Puebla.
Por su parte los priístas, quienes ya aceitan la maquinaria de su avasallante nomenclatura en todo el interior del estado - producto de la ignorancia y la pobreza en la que vive la gente – para ungir a Javier López Zavala como su nuevo líder político, arrancó con el respaldo a la gestión de Mario Marín en un acto en el que la desfachatez de un Secretario de Gobernación Federal quien si no es capaz de respetar la división de competencias entre niveles de gobierno mucho menos respetaría las reglas de caballerosidad en asistir puntualmente a sus compromisos, no opaco el control que hasta hoy el mandatario tiene en la entidad y que refuerza por mucho el arranque de un partido que volverá a enfrentar a una ciudadanía que tiene memoria y que analiza ya a detalle su rendición de cuentas, evaluando sus logros y fracasos más importantes a lo largo de sus 5 años de gestión.
Es de este modo como la elección se perfila no como una elección de los electores y cómo mejorar sus vidas, sino por el contrario, una elección de candidatos y sus atributos, como ya podemos observar en la publicidad notoriamente electorera de la revista 360°. En fin, es innegable que la democracia es un juego de números y la persona que cuente con el mayor apoyo, así sea un voto, será el ganador.
Es así como la semana pasada se registraron los precandidatos de Acción Nacional entre trifulcas y madruguetes. Evidenciando que ésta será una elección interna en donde como ya no es de extrañar habrá todo tipo de vejaciones, marranadas y negociaciones por conservar lo incorruptible de sus principios como ya es costumbre entre los “no alineados” en vez de perfilar una candidatura de unidad que los fortalezca y les permita llegar como una opción válida de gobierno y que cuya única posibilidad real de competencia es ya Rafael Moreno Valle. Así desde los sueños de un loquito quien tuvo la intención de negociar su última cuenta pública que aún no es revisada por el Congreso Estatal al cual no le alcanzaron las firmas de sus últimos fans para compartir su ilusión – como determino la Comisión de Procesos Internos – , hasta las intrigas de una supuesta conspiración en contra de los panistas de cepa “no alineados”, la candidatura de Moreno Valle no será fácil de conseguir, de ahí que surjan un par de interrogantes a destacar: ¿para quién juegan entonces los panistas?, si es el caso que de verdad quieren dejar de ser oposición para ser gobierno y ¿cómo fue posible que en una sola noche Ana Teresa Aranda – hoy precandidata nuevamente – tuviera extrañamente la simpatía de una militancia a la cual abandono hace mucho tiempo?. Lo cierto es que el único interesado en todo este asunto no son los panistas, ni mucho menos los intereses personales de Doña Anateresa por conservar su staus quo con un hueso en el futuro, sino la intención de PRI y de su delfín por desestabilizar hacia el interior del PAN la candidatura de Moreno Valle a Casa Puebla.
Por su parte los priístas, quienes ya aceitan la maquinaria de su avasallante nomenclatura en todo el interior del estado - producto de la ignorancia y la pobreza en la que vive la gente – para ungir a Javier López Zavala como su nuevo líder político, arrancó con el respaldo a la gestión de Mario Marín en un acto en el que la desfachatez de un Secretario de Gobernación Federal quien si no es capaz de respetar la división de competencias entre niveles de gobierno mucho menos respetaría las reglas de caballerosidad en asistir puntualmente a sus compromisos, no opaco el control que hasta hoy el mandatario tiene en la entidad y que refuerza por mucho el arranque de un partido que volverá a enfrentar a una ciudadanía que tiene memoria y que analiza ya a detalle su rendición de cuentas, evaluando sus logros y fracasos más importantes a lo largo de sus 5 años de gestión.
Es de este modo como la elección se perfila no como una elección de los electores y cómo mejorar sus vidas, sino por el contrario, una elección de candidatos y sus atributos, como ya podemos observar en la publicidad notoriamente electorera de la revista 360°. En fin, es innegable que la democracia es un juego de números y la persona que cuente con el mayor apoyo, así sea un voto, será el ganador.
Comentarios
Publicar un comentario