A dieciséis años del homicidio de Luis Donaldo Colosio, las cosas no han cambiado mucho pues seguimos viendo a un pueblo con hambre de justicia, con hambre de oportunidades y de desarrollo. Sólo que en esta ocasión tenemos pendientes aún una reforma del sistema político que a propios y extraños causa dudas; una reforma energética inconclusa e incapaz de impulsar el desarrollo de energías alternativas; una reforma a los medios de comunicación archivada en el cajón de las comisiones dictaminadoras por no convenir a los intereses de poderosos monopolios televisivos y, una reforma laboral muy extensa y sin consensos por evitar perder el voto corporativo en las elecciones de 10 entidades federativas que este año elegirán gobernador.
A todo ello agregue usted, la divergencia de agendas entre los partidos políticos, la cual sigue siendo una constante de retrocesos y, cuya única apuesta es la apuesta electoral, hoy alejada de los principios ideológicos y justificada en la bandera de la alternancia democrática, entendida esta como el camino ideal para el bienestar de los ciudadanos; ciudadanos que viven en la incertidumbre de la seguridad de un empleo decente y con la aspiración de un México más justo y más tranquilo, alejado de la corrupción y la inseguridad que hoy padecemos cual pandemia sin antídoto.
Tan sólo de acuerdo a los antecedentes de la corrupción que ha arrojado la presencia del narcotráfico en México, al menos son 40 años en que las estructuras de la delincuencia organizada del narco han operado expandiendo su zona de operación y aprovechando la corrupción como el vehículo idóneo para consolidar sus emporios delincuenciales de las que hoy somos rehenes los mexicanos.
Ante ello, siguen siendo presentes los ideales de Colosio como lo son también los de Manuel Cluthier, para no pensar en cerrar los ojos, ni mucho menos dar marcha atrás y tratar de seguir viviendo como si no pasara nada en este país.
Pero eso no basta, pues México necesita compromisos serios para marcar un rumbo constante y permanente, requiere de audacia en sus políticos, requiere de líderes sociales honestos y comprometidos en torno a una misma causa, requiere hombres y mujeres con el liderazgo y el carisma que tuviera Luis Donaldo Colosio Murrieta, un político que fue capaz de aglutinar a los mexicanos entorno al ideal de un mejor país sin el uso masivo de la mercadotecnia, como fuera el caso del célebre presidente Vicente Fox.
Por tanto, que mejor manera de honrar su memoria sino a través de enaltecer sus ideales y evitar que la sangre siga corriendo en las calles, para lograr acuerdos no sólo cupulares sino sociales, para evitar que ciudadanos inocentes sigan siendo presa de la violencia, hasta cuando seguiremos los ciudadanos pagando una cuota de pánico y sangre, por la falta de acción de nuestros políticos. Hasta cuándo.
A todo ello agregue usted, la divergencia de agendas entre los partidos políticos, la cual sigue siendo una constante de retrocesos y, cuya única apuesta es la apuesta electoral, hoy alejada de los principios ideológicos y justificada en la bandera de la alternancia democrática, entendida esta como el camino ideal para el bienestar de los ciudadanos; ciudadanos que viven en la incertidumbre de la seguridad de un empleo decente y con la aspiración de un México más justo y más tranquilo, alejado de la corrupción y la inseguridad que hoy padecemos cual pandemia sin antídoto.
Tan sólo de acuerdo a los antecedentes de la corrupción que ha arrojado la presencia del narcotráfico en México, al menos son 40 años en que las estructuras de la delincuencia organizada del narco han operado expandiendo su zona de operación y aprovechando la corrupción como el vehículo idóneo para consolidar sus emporios delincuenciales de las que hoy somos rehenes los mexicanos.
Ante ello, siguen siendo presentes los ideales de Colosio como lo son también los de Manuel Cluthier, para no pensar en cerrar los ojos, ni mucho menos dar marcha atrás y tratar de seguir viviendo como si no pasara nada en este país.
Pero eso no basta, pues México necesita compromisos serios para marcar un rumbo constante y permanente, requiere de audacia en sus políticos, requiere de líderes sociales honestos y comprometidos en torno a una misma causa, requiere hombres y mujeres con el liderazgo y el carisma que tuviera Luis Donaldo Colosio Murrieta, un político que fue capaz de aglutinar a los mexicanos entorno al ideal de un mejor país sin el uso masivo de la mercadotecnia, como fuera el caso del célebre presidente Vicente Fox.
Por tanto, que mejor manera de honrar su memoria sino a través de enaltecer sus ideales y evitar que la sangre siga corriendo en las calles, para lograr acuerdos no sólo cupulares sino sociales, para evitar que ciudadanos inocentes sigan siendo presa de la violencia, hasta cuando seguiremos los ciudadanos pagando una cuota de pánico y sangre, por la falta de acción de nuestros políticos. Hasta cuándo.
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