A todo pueblo le llega su momento de ilustración!
¿MÉXICO es un pueblo olvidado de la razón?
¿Qué no hemos hecho o qué hemos hecho mal para vivir en el México bronco que hoy nos toco vivir? – son entre otros – algunos de los argumentos que desde su trinchera el periodista Pedro Ferriz ha esbozado para despertar aquello que él llama la revolución del intelecto, un movimiento sin precedentes, una llamada de atención para los mexicanos – como bien lo señalara mi amigo Iván Villa – para con ello propiciar lo que Paco Ignacio Taibo II llama “un cambio profundo de estructuras a partir de las ideas para generar una consciencia colectiva”. Y es que como lo señalara la semana pasada en este espacio, la descomposición social que hoy padecemos cual pandemia sin antídoto sólo puede combatirse con claridad y consistencia en las ideas, por ello, la luminiscencia de Ferriz de Con es un ejemplo vivo de liderazgo social proactivo para criticar y desde luego para proponer un cambio real en las formas de hacer y entender los fenómenos políticos, económicos y sociales de hoy en día.
De este modo, no resulta óbice recalcar que los complejos tiempos que vivimos requieren no sólo de la intervención de los organismos e instituciones estatales para salir adelante, sino de una activa participación ciudadana en la cual, además de la expresión en las urnas por medio del voto, se dé un ejercicio crítico, propositivo e informado de la situación que nos acontece y sobre todo nos trasciende como bien señalará Ferriz de Con. Pues sólo de este modo, podemos impulsar renovadas políticas públicas que den cauce a un mejor país, a una sociedad con valores renovados sustentada en la calidad de su educación, en el fomento de su cultura y tradiciones, en el despertar de las consciencias encaminadas a trabajar por lograr una mejor competitividad y mejores oportunidades de desarrollo para los mexicanos, en fin, en conseguir una suma de sinergias que haga énfasis en la transformación de las cosas que parecieran comunes pero que a todos afectan (el cinismo de una clase política que se resiste a evolucionar, la complicidad de un sindicalismo autoritario, la inmadurez de muchos mexicanos, la falta de oportunidades de una vida mejor para otros cientos, etc.) y que son entre otros muchos padecimientos las principales piedritas en el zapato de una nación que tiene todo para ser potencia, de una sociedad que se ha curtido a lo largo de muchos años para resistir debacles naturales y económicas, de una nación que aún tiene mucho de qué hablar.
Somos conscientes de que no hay recetas que de ser aplicadas correctamente, terminen con los obstáculos y problemas de México, sin embargo, un granito de arena que nosotros desde nuestra trinchera aportemos será un aliciente más para edificar a esta gran nación.
¿MÉXICO es un pueblo olvidado de la razón?
¿Qué no hemos hecho o qué hemos hecho mal para vivir en el México bronco que hoy nos toco vivir? – son entre otros – algunos de los argumentos que desde su trinchera el periodista Pedro Ferriz ha esbozado para despertar aquello que él llama la revolución del intelecto, un movimiento sin precedentes, una llamada de atención para los mexicanos – como bien lo señalara mi amigo Iván Villa – para con ello propiciar lo que Paco Ignacio Taibo II llama “un cambio profundo de estructuras a partir de las ideas para generar una consciencia colectiva”. Y es que como lo señalara la semana pasada en este espacio, la descomposición social que hoy padecemos cual pandemia sin antídoto sólo puede combatirse con claridad y consistencia en las ideas, por ello, la luminiscencia de Ferriz de Con es un ejemplo vivo de liderazgo social proactivo para criticar y desde luego para proponer un cambio real en las formas de hacer y entender los fenómenos políticos, económicos y sociales de hoy en día.
De este modo, no resulta óbice recalcar que los complejos tiempos que vivimos requieren no sólo de la intervención de los organismos e instituciones estatales para salir adelante, sino de una activa participación ciudadana en la cual, además de la expresión en las urnas por medio del voto, se dé un ejercicio crítico, propositivo e informado de la situación que nos acontece y sobre todo nos trasciende como bien señalará Ferriz de Con. Pues sólo de este modo, podemos impulsar renovadas políticas públicas que den cauce a un mejor país, a una sociedad con valores renovados sustentada en la calidad de su educación, en el fomento de su cultura y tradiciones, en el despertar de las consciencias encaminadas a trabajar por lograr una mejor competitividad y mejores oportunidades de desarrollo para los mexicanos, en fin, en conseguir una suma de sinergias que haga énfasis en la transformación de las cosas que parecieran comunes pero que a todos afectan (el cinismo de una clase política que se resiste a evolucionar, la complicidad de un sindicalismo autoritario, la inmadurez de muchos mexicanos, la falta de oportunidades de una vida mejor para otros cientos, etc.) y que son entre otros muchos padecimientos las principales piedritas en el zapato de una nación que tiene todo para ser potencia, de una sociedad que se ha curtido a lo largo de muchos años para resistir debacles naturales y económicas, de una nación que aún tiene mucho de qué hablar.
Somos conscientes de que no hay recetas que de ser aplicadas correctamente, terminen con los obstáculos y problemas de México, sin embargo, un granito de arena que nosotros desde nuestra trinchera aportemos será un aliciente más para edificar a esta gran nación.
Gracias por compartir la columna que escribió Gabriel y que por cierto, hace referencia a uno de los comentarios que le proporcioné respecto a la columna que previamente compartió conmigo la semana pasada y que a su vez escribió Pedro Ferriz sobre el tema de la polémica Ley emitida en el estado norteamericano de Arizona.
ResponderEliminarConsidero que Gabriel tiene talento para escribir y lo hace muy bien.
Lo felicito por la labor que hace.
IVAN VILLA ARNAIZ