“… por mi parte, no creo que haya nada más estúpido
que considerar partidarios tuyos a los hombres que no
conoces. Se necesita poseer una gloria y un prestigio
excepcionales y la celebridad de grandes empresas,
para que unos ciudadanos, a los que nadie ha pedido
el voto, le confieran el honor de un cargo a un candidato,
que ni tan siquiera los conoce…”
Quinto Tulio Cicerón, 66 A.C.
Primer Manual de Campaña.
Mucho hemos hablado en este espacio sobre el perfil de uno y otro candidato, de los sabores y sin sabores de las campañas, de la capacidad de uno y la opacidad del otro, de los aciertos y desaciertos de sus equipos de campaña y grupos políticos; toca el turo ahora de hablar del márketing político, es decir, de la combinación de estrategias y el plan de comunicación, los cuales han evolucionado al grado de pasar de las viejas formulas que recurrían al llamado voto corporativo y al clientelismo político producto de las profundas desigualdades sociales, a una forma nueva de hacer y entender los procesos electorales, la cual se hace patente con el perfeccionamiento de las estrategias para seducir al electorado a través del estudio del mercado electoral como factor sine qua non para influir en las decisiones de los electores.
De este modo el mercadeo político puedo entenderlo como un equilibrio entre la comunicación directa y efectiva del candidato frente al elector y la combinación de un ejército electoral conformado o por voluntarios o por mercenarios que salgan a las calles a motivar al ciudadano, a transmitir el mensaje de la campaña y desde luego del candidato y, a organizar a la sociedad para el día de la jornada electoral, dejando muy en claro el hecho de que subestimar la inteligencia del elector y desde luego la del adversario son riesgos latentes que pueden llevar a la derrota electoral (empiece Usted a hacer sus balances de las estrategias de los candidatos para ir esbozando el futuro de cada uno de ellos). No obstante lo anterior, los votantes votan por lo que quieren y no por lo que los intelectuales dicen que deben querer.
En este contexto, la política será cada día menos mágica y más pragmática, menos dependiente de mitos racistas y más orientada a la razón. Pues hace tan sólo un par de sexenios los políticos se conducían como redentores de un renovado progreso social, y se proyectaban como los iluminados partidarios del neo institucionalismo, sin embargo, la evolución natural de las sociedades nos conduce a una nueva etapa en donde los redentores y los mitos tienen cada día menos devotos y más detractores, su influencia sobre la ignorancia hoy se ve reemplazada por los afectos, antipatías, y desde luego las necesidades de los electores – aquello a lo que Greensber llama “los sueños de la clase media”.
Esboce usted pues, cuál de los dos candidatos a la gubernatura continua creyendo que el acarreo y los eventos masivos son la panacea, cuál de ambos se maneja con una imagen clásica de una elección de los años ochentas que no tiene nada de novedoso; cuál de los dos refleja ser un líder simulado producto de tan llevada y traída clase del esfuerzo; cuál de los dos tiene más cercanía en propuestas y en imagen con los poblanos – evalué usted quién le gusta para la gubernatura.
MORENO VALLE, INVITADO DE LUJO EN NUEVA YORK.
La festividad del 5 de mayo en Nueva York y la recién expedida Ley SB 1070 anti – inmigrante en Arizona, son una coyuntura importante para visitar a nuestros paisanos en la Unión Americana, una buena ocasión para estrechar un nuevo lazo de relaciones con nuestros paisanos. En este contexto Mixteca Organización y Casa Puebla Nueva York, encabezadas por Gabriel Rincón y Jaime Lucero respectivamente, organizadores de la mayor festividad mexicana en la gran manzana tuvieron como invitado de honor al candidato Rafael Moreno Valle, quien compartió con cientos de poblanos sus proyectos y expectativas para transformar a Puebla.
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