Talentos hay muchos, liderazgos pocos.
La semana pasada en esta columna hacia yo referencia a algunos indicadores extraídos acerca de la pobre cultura política que hoy en día caracteriza a la juventud mexicana, ello sin duda es por una parte resultado de una precaria educación cívica en todos los órdenes y en segundo lugar de la usencia de liderazgos que se vuelvan en referentes, que lo único que ha propiciado es la falta de participación y apatía de este sector de la población en los asuntos públicos – en concreto de la participación en las jornadas electorales.
Este tema al que continuamente he hecho referencia puede constatarse en las propuestas y pobres perfiles de los jóvenes candidatos por la capital, para muestra sólo analice usted sus curriculas sin entrar desde luego al tema de la experiencia que nada tiene que ver por su corta edad, pero que sin duda evidencian el hecho de que el grueso de la población en este momento es más un producto de la mercadotecnia televisiva que de la lectura y el estudio cotidiano, su ignorancia sobre temas que son de la opinión pública más de la agenda legislativa poblana deja un mal sabor de boca para cualquier ciudadano, ya que antes que hablar o sugerir alguna propuesta candidatos como Silvia Argüello candidata por el distrito 3 debieran tener elementos técnicos suficientes para sostener sus dichos y más aún garantizar su cumplimiento, ya que el perfil que un legislador necesita nada tiene que ver con su edad o su cara bonita si no tienen ningún talento intelectual para discernir sobre los alcances de las leyes y, desde luego previo conocimiento de su competencia para legislar.
No obstante ello, ejemplos diferentes de participación juvenil son muchos y muy variados, muchos de ellos orientados al desarrollo social, tal es el caso del movimiento “Pazión por Puebla” liderado sagazmente por Mario Marín García y operado acertadamente por Armando Ruíz Solís, Coordinador Operativo; grupo que poco a poco se gano el respeto, la presencia y los espacios que otros jóvenes no pudieron conseguir en la campaña Zavalista, no por el hecho de ser su líder hijo del actual mandatario, sino porque su presencia en más de 170 municipios es resultado de un trabajo sincero y noble de sus dirigentes, la gestión social de mano de las esposas de candidatos a ediles priístas es una experiencia para tener al día el pulso político y social de las diferentes regiones del Estado, lo cual sólo se consigue empolvándose los zapatos como lo ha hecho este movimiento juvenil en vez de observar desde un escritorio lo que pasa en una campaña y lo que pasa sobre todo por la cabeza de los poblanos hoy en día.
Sin embargo, esta experiencia que lamentablemente no se replica en otros partidos políticos por la ausencia de liderazgos deja entredicho el cuál será el rumbo de los jóvenes poblanos de no bragarse los pantalones para asumir su posición en la vida pública de la entidad, para asumir el reto de tomar las riendas de la vida política, social y económica de este país.
Queda mucho por hacer y es la juventud poblana sin duda quien tiene en sus manos las llaves del futuro de la entidad, sólo si se decide a participar y a asumir su responsabilidad ciudadana el próximo 4 de Julio para convertirnos en protagonistas de nuestro presente.
La semana pasada en esta columna hacia yo referencia a algunos indicadores extraídos acerca de la pobre cultura política que hoy en día caracteriza a la juventud mexicana, ello sin duda es por una parte resultado de una precaria educación cívica en todos los órdenes y en segundo lugar de la usencia de liderazgos que se vuelvan en referentes, que lo único que ha propiciado es la falta de participación y apatía de este sector de la población en los asuntos públicos – en concreto de la participación en las jornadas electorales.
Este tema al que continuamente he hecho referencia puede constatarse en las propuestas y pobres perfiles de los jóvenes candidatos por la capital, para muestra sólo analice usted sus curriculas sin entrar desde luego al tema de la experiencia que nada tiene que ver por su corta edad, pero que sin duda evidencian el hecho de que el grueso de la población en este momento es más un producto de la mercadotecnia televisiva que de la lectura y el estudio cotidiano, su ignorancia sobre temas que son de la opinión pública más de la agenda legislativa poblana deja un mal sabor de boca para cualquier ciudadano, ya que antes que hablar o sugerir alguna propuesta candidatos como Silvia Argüello candidata por el distrito 3 debieran tener elementos técnicos suficientes para sostener sus dichos y más aún garantizar su cumplimiento, ya que el perfil que un legislador necesita nada tiene que ver con su edad o su cara bonita si no tienen ningún talento intelectual para discernir sobre los alcances de las leyes y, desde luego previo conocimiento de su competencia para legislar.
No obstante ello, ejemplos diferentes de participación juvenil son muchos y muy variados, muchos de ellos orientados al desarrollo social, tal es el caso del movimiento “Pazión por Puebla” liderado sagazmente por Mario Marín García y operado acertadamente por Armando Ruíz Solís, Coordinador Operativo; grupo que poco a poco se gano el respeto, la presencia y los espacios que otros jóvenes no pudieron conseguir en la campaña Zavalista, no por el hecho de ser su líder hijo del actual mandatario, sino porque su presencia en más de 170 municipios es resultado de un trabajo sincero y noble de sus dirigentes, la gestión social de mano de las esposas de candidatos a ediles priístas es una experiencia para tener al día el pulso político y social de las diferentes regiones del Estado, lo cual sólo se consigue empolvándose los zapatos como lo ha hecho este movimiento juvenil en vez de observar desde un escritorio lo que pasa en una campaña y lo que pasa sobre todo por la cabeza de los poblanos hoy en día.
Sin embargo, esta experiencia que lamentablemente no se replica en otros partidos políticos por la ausencia de liderazgos deja entredicho el cuál será el rumbo de los jóvenes poblanos de no bragarse los pantalones para asumir su posición en la vida pública de la entidad, para asumir el reto de tomar las riendas de la vida política, social y económica de este país.
Queda mucho por hacer y es la juventud poblana sin duda quien tiene en sus manos las llaves del futuro de la entidad, sólo si se decide a participar y a asumir su responsabilidad ciudadana el próximo 4 de Julio para convertirnos en protagonistas de nuestro presente.
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