Luego de que el pasado día domingo los integrantes de la coalición Compromiso por Puebla vitorearan su triunfo y vieran culminado su esfuerzo con la entrega de la constancia de mayoría al nuevo Gobernador Electo Rafael Morano Valle, da inicio el reajuste del mapa electoral en Puebla y el reacomodo de las fuerzas políticas para dar paso a la transición de la alternancia del poder y desde luego de la operación política para la llegada de una nueva élite a Casa Aguayo. Los aciertos y desaciertos de la administración pública estatal, se evaluaran en la fase final de la entrega - recepción y con ello su buscará evitar la futura casería de brujas de altos funcionarios que ya se venir. De este modo Puebla quedará a la expectativa de vivir una alternancia en el poder y la conformación de lo que será un nuevo paradigma en el poder, una nueva dinámica de reacomodos, de apapacho y de reajuste a un aparato institucional tradicionalista, acostumbrado al clientelismo político como única forma de supervivencia en el aparato del gobierno estatal.
A partir de este momento, quedará claro que las cosas no serán igual que en otros sexenios, que no será fácil tampoco el reparto de espacios en la nueva administración así como tampoco la evaluación de quién se va y quién se queda, para dar inicio a una reingeniería gubernamental que se adecue a la visión de gobierno del nuevo mandatario.
Bajo esta perspectiva, la dinámica política juega un interesante reacomodo de cúpulas y da pasa a nuevas élites en el poder, la coyuntura abre paso a liderazgos emergentes en el los partidos aliancistas, beneficiando sin duda a la clase magisterial del estado auspiciada bajo las siglas de Nueva Alianza, quienes ni tardos ni perezosos dieron el primer apapacho masivo al nuevo gobernador electo; su dinámica de operación política nada despreciable volvió a dar resultados contundentes y por ende sus espacios de participación en el nuevo gobierno serán privilegiados.
Por su parte, la división al interior del PAN marcada por el descontento de algunos de sus liderazgos y militantes evidenció la falta de canales de comunicación claros y efectivos para evitar fracturas, permitiendo con ello el avance de la izquierda del PT en varios municipios con presencia panista, a ello sumemos la llegada arribista de algunos anquilosados liderazgos que sólo simularon su apoyo para obtener prebendas futuras en el próximo gobierno, lo cual es un indicador para ser considerado en la recomposición de este instituto político quien deberá ahora comportarse como partido en el gobierno y no como la timorata oposición a la que en los últimos años estuvieron acostumbrados, teniendo con ello que evaluar su dinámica de operación para volver a sumar cuadros disidentes que se fueron a competir por las siglas del PT e involucrarse activamente en el proyecto morenovallista para participar en un gobierno compartido.
La conformación del Congreso, que será la arena de las más ríspidas discusiones, traerá consigo interesantes negociaciones y cabildeos para consolidar el proyecto morenovallista sobre todo porque su composición plural evitará la sumisión a la que estaba acostumbrado el congreso estatal, de este modo el PRI se conformará como el bloque mayoritario de la mano de quien probablemente buscará ser el factor de unidad dentro de ese instituto político, el ex presidente municipal y ex aspirante a la gubernatura Enrique Doger Guerrero o del virtual ex coordinador de la campaña zavalista Jesús Morales Flores, ambos, sin menospreciar a otros legisladores, cuentan con el perfil para encabezar la Gran Comisión. La oposición por su parte, buscará apuntalar el liderazgo de Tony Gali como coordinador de la bancada perredista y utilizara la experiencia de José Juan Espinoza, líder de Convergencia, para construir los acuerdos que le permitan al nuevo mandatario articular su programa de Gobierno. Las alianzas legislativa que se construyan dependerán también de la habilidad de quien encabece la bancada panista, que hasta hoy perfila una caballada flaca de tálate político si revisamos los perfiles de sus diputados, en lo particular de quien se perfila a encabezarlos, ya que sumados con los partidos Nueva Alianza, PRD y Convergencia tampoco tendrá la mayoría necesaria para sacar avante importantes reformas de la agenda gubernamental. De este modo, el debate legislativo comenzara a desdibujar temas como la cuenta pública estatal aprobada ya por los actuales diputados, la negociación para la designación de nuevos magistrados y la ratificación de otros, para revisar la eficacia y vigencia de algunos instrumentos legales que permitieron al priismo perpetuarse años en el poder, que serán entro otros temas sólo algunos de los temas de la próxima agenda legislativa.
Con este escenario, arrancara la transición y el cabildeo por una efectiva gobernanza en Puebla.
A partir de este momento, quedará claro que las cosas no serán igual que en otros sexenios, que no será fácil tampoco el reparto de espacios en la nueva administración así como tampoco la evaluación de quién se va y quién se queda, para dar inicio a una reingeniería gubernamental que se adecue a la visión de gobierno del nuevo mandatario.
Bajo esta perspectiva, la dinámica política juega un interesante reacomodo de cúpulas y da pasa a nuevas élites en el poder, la coyuntura abre paso a liderazgos emergentes en el los partidos aliancistas, beneficiando sin duda a la clase magisterial del estado auspiciada bajo las siglas de Nueva Alianza, quienes ni tardos ni perezosos dieron el primer apapacho masivo al nuevo gobernador electo; su dinámica de operación política nada despreciable volvió a dar resultados contundentes y por ende sus espacios de participación en el nuevo gobierno serán privilegiados.
Por su parte, la división al interior del PAN marcada por el descontento de algunos de sus liderazgos y militantes evidenció la falta de canales de comunicación claros y efectivos para evitar fracturas, permitiendo con ello el avance de la izquierda del PT en varios municipios con presencia panista, a ello sumemos la llegada arribista de algunos anquilosados liderazgos que sólo simularon su apoyo para obtener prebendas futuras en el próximo gobierno, lo cual es un indicador para ser considerado en la recomposición de este instituto político quien deberá ahora comportarse como partido en el gobierno y no como la timorata oposición a la que en los últimos años estuvieron acostumbrados, teniendo con ello que evaluar su dinámica de operación para volver a sumar cuadros disidentes que se fueron a competir por las siglas del PT e involucrarse activamente en el proyecto morenovallista para participar en un gobierno compartido.
La conformación del Congreso, que será la arena de las más ríspidas discusiones, traerá consigo interesantes negociaciones y cabildeos para consolidar el proyecto morenovallista sobre todo porque su composición plural evitará la sumisión a la que estaba acostumbrado el congreso estatal, de este modo el PRI se conformará como el bloque mayoritario de la mano de quien probablemente buscará ser el factor de unidad dentro de ese instituto político, el ex presidente municipal y ex aspirante a la gubernatura Enrique Doger Guerrero o del virtual ex coordinador de la campaña zavalista Jesús Morales Flores, ambos, sin menospreciar a otros legisladores, cuentan con el perfil para encabezar la Gran Comisión. La oposición por su parte, buscará apuntalar el liderazgo de Tony Gali como coordinador de la bancada perredista y utilizara la experiencia de José Juan Espinoza, líder de Convergencia, para construir los acuerdos que le permitan al nuevo mandatario articular su programa de Gobierno. Las alianzas legislativa que se construyan dependerán también de la habilidad de quien encabece la bancada panista, que hasta hoy perfila una caballada flaca de tálate político si revisamos los perfiles de sus diputados, en lo particular de quien se perfila a encabezarlos, ya que sumados con los partidos Nueva Alianza, PRD y Convergencia tampoco tendrá la mayoría necesaria para sacar avante importantes reformas de la agenda gubernamental. De este modo, el debate legislativo comenzara a desdibujar temas como la cuenta pública estatal aprobada ya por los actuales diputados, la negociación para la designación de nuevos magistrados y la ratificación de otros, para revisar la eficacia y vigencia de algunos instrumentos legales que permitieron al priismo perpetuarse años en el poder, que serán entro otros temas sólo algunos de los temas de la próxima agenda legislativa.
Con este escenario, arrancara la transición y el cabildeo por una efectiva gobernanza en Puebla.
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