Este fin de semana se desarrolló la novena asamblea nacional juvenil para designar al que será el nuevo dirigente de este sector en las filas del Partido Acción Nacional, posición que tanto el dirigente Nacional Cesar Nava como Juan Carlos Mondragon ocuparon en tiempos diferentes; en esta ocasión y luego de una campaña en donde los excesos de dinero y las descalificaciones como es de esperarse en estos tiempos políticos no demeritó el trabajo político de una nueva generación que estoy seguro dará mucho de qué hablar.
Bajo este escenario, tal y como era de esperar, la competencia en Querétaro no fue fácil, sin embargo, el ala radical del panismo nacional no pudo inhibir el contundente triunfo del neolonés Jonathan García, joven talentoso quien actualmente es regidor en el municipio de San Pedro Garza García y a quien conocí junto al novel liderazgo Yariv Alexander Acosta varios meses atrás que nos presento su proyecto. Proyecto que noblemente también compartieron jóvenes liderazgos en el Estado de Puebla como Horacio Hernández y Miguel Ángel Polvo, pese a la línea que envío el conmovedor dirigente juvenil del PAN en Puebla, quien hoy patéticamente quiere hacer creer a propios y extraños que apoyo la candidatura del neolonés. Con este triunfo se abre la antesala del proceso de renovación de la dirigencia nacional del PAN, y pese a los varios tiradores que ya se han apuntado al cargo, el grupo del Presidente Calderón como se demostró el fin de semana pasado se perfila será el triunfador.
Por su parte ya en el escenario local, si bien es plausible reconocer el entusiasmo de las conocidas en el medio panistas como las “niñas Tome” por lograr en breve tiempo espacios de participación nada despreciables como lo es un regiduría y obtener con pocos meritos un escaño en el staf de la dirigencia juvenil nacional resultado de la ausencia de nuevos cuadros panistas; también es digno de reconocer el trabajo constante y permanente que fuera de los reflectores realizaron los jóvenes del equipo del Senador Ángel Alonso Díaz-Caneja, grupo político que se alza nuevamente con un triunfo electoral más para el equipo calderonista, como lo fuera recientemente en la elección interna y constitucional que diera el triunfo al actual gobernador electo Rafael Moreno Valle; panistas todos ellos, quienes se han opuesto públicamente a la línea y que poco a poco han ganado las simpatías por mantener un discurso fresco de renovación generacional alejada de vicios, compromiso a la palabra empeñada y generación de cuadros más y mejor preparados para la toma de decisiones, acciones que las últimas dirigencias pese a su juventud han sido incapaces si quiera de imaginar, razón quizás por su falta de liderazgo y dependencia de las llamadas familias custodias, quienes aún se resisten a perder el control en el estado de un Partido Político que hoy cumple 71 años, 71 años de luchas en pro de la democracia y el respeto al Estado de Derecho.
Este es el nuevo rostro de la política como se le quiera ver: “la juventud” y el entusiasmo de una generación que se resiste a vivir en el ostracismo procurado largos años por el compadrazgo y la línea que caracterizo a un Partido que se comportó como oposición y que ahora tendrá el reto enorme de gobernar en una entidad tradicionalista y compleja; por tanto, no mirar en la juventud sus ganas de participar y reconocer que los tiempos han rebasado las tradicionalistas formas de ver y entender la política, los grupos políticos y dirigencias se verán condenados al fracaso electoral, pues es la juventud el presento y el futuro de la política nacional.
Bajo este escenario, tal y como era de esperar, la competencia en Querétaro no fue fácil, sin embargo, el ala radical del panismo nacional no pudo inhibir el contundente triunfo del neolonés Jonathan García, joven talentoso quien actualmente es regidor en el municipio de San Pedro Garza García y a quien conocí junto al novel liderazgo Yariv Alexander Acosta varios meses atrás que nos presento su proyecto. Proyecto que noblemente también compartieron jóvenes liderazgos en el Estado de Puebla como Horacio Hernández y Miguel Ángel Polvo, pese a la línea que envío el conmovedor dirigente juvenil del PAN en Puebla, quien hoy patéticamente quiere hacer creer a propios y extraños que apoyo la candidatura del neolonés. Con este triunfo se abre la antesala del proceso de renovación de la dirigencia nacional del PAN, y pese a los varios tiradores que ya se han apuntado al cargo, el grupo del Presidente Calderón como se demostró el fin de semana pasado se perfila será el triunfador.
Por su parte ya en el escenario local, si bien es plausible reconocer el entusiasmo de las conocidas en el medio panistas como las “niñas Tome” por lograr en breve tiempo espacios de participación nada despreciables como lo es un regiduría y obtener con pocos meritos un escaño en el staf de la dirigencia juvenil nacional resultado de la ausencia de nuevos cuadros panistas; también es digno de reconocer el trabajo constante y permanente que fuera de los reflectores realizaron los jóvenes del equipo del Senador Ángel Alonso Díaz-Caneja, grupo político que se alza nuevamente con un triunfo electoral más para el equipo calderonista, como lo fuera recientemente en la elección interna y constitucional que diera el triunfo al actual gobernador electo Rafael Moreno Valle; panistas todos ellos, quienes se han opuesto públicamente a la línea y que poco a poco han ganado las simpatías por mantener un discurso fresco de renovación generacional alejada de vicios, compromiso a la palabra empeñada y generación de cuadros más y mejor preparados para la toma de decisiones, acciones que las últimas dirigencias pese a su juventud han sido incapaces si quiera de imaginar, razón quizás por su falta de liderazgo y dependencia de las llamadas familias custodias, quienes aún se resisten a perder el control en el estado de un Partido Político que hoy cumple 71 años, 71 años de luchas en pro de la democracia y el respeto al Estado de Derecho.
Este es el nuevo rostro de la política como se le quiera ver: “la juventud” y el entusiasmo de una generación que se resiste a vivir en el ostracismo procurado largos años por el compadrazgo y la línea que caracterizo a un Partido que se comportó como oposición y que ahora tendrá el reto enorme de gobernar en una entidad tradicionalista y compleja; por tanto, no mirar en la juventud sus ganas de participar y reconocer que los tiempos han rebasado las tradicionalistas formas de ver y entender la política, los grupos políticos y dirigencias se verán condenados al fracaso electoral, pues es la juventud el presento y el futuro de la política nacional.
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