No cabe duda que la campaña de Josefina Vázquez Mota es diferente, sus desaciertos y sobresaltos la ponen en un escenario complicado al arranque de su campaña, por ello acertadamente menciona el columnista Raymundo Riva Palacios que el capital electoral que la abanderada de Acción Nacional acumuló en el pasado periodo de intercampañas “se ha evaporado” dado que ha fracasado en sanar las heridas de un partido que aún rechaza la altivez y la división, no pudiendo aún homologar un discurso de género y continuidad; esta situación ha propiciado que los negativos de la candidata panista se hayan elevado en 17 puntos según Consulta Mitofsky y hasta hoy no se ve en ella un sólo gesto de cambio de rumbo en su coordinación mandando mensajes equivocados hacia su propio electorado, tan sólo note las ausencias de personajes desde su inicio. Quizás ello se deba a las personas que la rodean, consejeros y coordinadores - uno de ellos experto en perder una elección en la capital poblana con 40 puntos de ventaja entre otros integrantes de la ultraderecha – no han tenido la humildad de darle la vuelta a la página del pasado proceso interno haciendo aún más grandes divergencias irreconciliables.
Lo cierto es que para propios y extraños el arranque de Josefina sin lugar a dudas es diferente dado que no ha definido un discurso lineal y propositivo, el sólo observar sus spots y las tendencias en las redes sociales evidencian el mal momento por el que atraviesa la candidata, muestra de ello es notar que en el trend topic de Twitter #Alan Tacher fue más popular como presentador que la propia candidata, desde luego muy por debajo de #EPNContigohastalospinos y #HoyYMañanaConAMLO y, qué decir de su lapsus discursivo en su arranque público en Teziutlán, Puebla, en donde señaló que “fortalecería el lavado de dinero” frente a un público que enmudeció.
Falta mucho aún para conocer quién resultará ganador de la contienda electoral y dirigirá el rumbo por los próximos 6 años, sin embargo, la única posibilidad que tiene Vázquez Mota de mantenerse en la contienda es mirar atrás y dar un golpe de timón en su campaña para sumar de una vez por todas a las diversas corrientes al interior de su partido, reconociendo la pluralidad y olvidando las conductas intolerantes del grupo al que sus principales operadores pertenece, pues de no reconocer que alejada de los panistas su potencial electoral disminuirá sus posibilidades de éxito serán nimias.
Más aún, su estrategia de comunicación, como la llaman sus cercanos “orientada al ciudadano”, debe subirse en el discurso de 12 años de gobiernos humanistas, no por nada el Presidente Calderón cerró así tres meses de frenética actividad para inaugurar obras, que a ojos de analistas como Mauricio Merino y Alberto Aziz tenían como fin promover su gobierno de cara al proceso electoral que hoy inicia, gozando de una excelente aceptación social. Máxime la candidata del PAN no puede abanderar una causa rechazando su militancia y creyendo que orientando sus acciones a las organizaciones civiles que constituyo durante su paso por la Secretaría de Desarrollo Social será suficiente para orientar el voto de los indecisos.
Ha iniciado la cuenta regresiva y la candidata de Acción Nacional parece aún no medir los tiempos electorales y ubicar la ruta que la lleve a buen puerto, sus dificultades y disensos hacen pensar que aún no mide que enfrenta a un candidato por demás conocido que ha entendido su papel y avanza recorriendo el país empeñando su palabra más convincentemente, esta es la crónica de una muerte anunciada de no reconocer los errores y fracasos por los que atraviesa su campaña empantanando así un proyecto que de verdad parecía ser diferente.
Comentarios
Publicar un comentario