Puebla mas que un lugar común, es nuestro hogar.
La cuatro veces heroica, la ciudad trazada por los Ángeles; la colonia española conspiradora del sueño independentista; la revolucionaria de Aquiles, Máximo y Carmen Serdán; la ciudad conservadora que aplaudiera a Maximiliano y Carlota.
La metrópoli de contrastes, la opulenta y pipope; la universitaria para universitarios; la que cambiará el proyecto solidaridad por el desarrollo angelopolis, sí la del problema limítrofe que inhibe el desarrollo metropolitano; la del patrimonio edificado que no se respeta.
La Puebla del gober precioso y los megalomanos.
La Puebla, las muchas pueblas de lugares comunes y cosas comunes; la católica y mocha. La que con su continuo andar nos marca y da un lugar en la vida, la que padece vialidades deterioradas.
La que mira estupefacta el incremento de la violencia en las calles, la de los cadeneros de transeúntes y asaltos complacientes; la que se duele de la negligencia de los transportistas y se juega la vida en cada avenida y boulevard.
La que corre diariamente para llevar el sustento a sus hogares, la ciudad que acoge lo mismo a españoles, libaneses, koreanos que sureñoes, chapanecos, veracruzanos y tabasqueños.
La de camoteros ávidos de un triunfo y a su vez la que combina sabores de gastronomía.
La de las mil caras y múltiples facetas, esto y más es Puebla. La que escucha, la que construye y edifica el progreso ...aun más, la que une historias, contrastes y futuro común.
La que anhela un desarrollo constante y equitativo.
La que mira paciente el paso de los gobiernos y sus gobernantes ...eso es Puebla, nunca un sueño surrealista de vanidades y venalidades que hoy nos quieren ofrecer como en cada proceso electoral.
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